miércoles, 19 de febrero de 2014

Si me vendés la moto, me cortás las piernas…

Eso se lo dice a su papá Dahyana cuando se la quiso cambiar por un auto con apenas 18 añitos en el 2006.
Sucede que me lo cuenta a pocas horas de mi llegada a Córdoba desde una silla de ruedas.

Siempre hablamos los que trabajamos en Prevención Vial de “Victimas” y automáticamente se nos representan los padres o madres de… Pero están ellos, los que quedan con discapacidades permanentes, siempre hablo de 140.000 lesionados en el país, de los cuales un 12% aproximadamente quedan con discapacidad permanente, pero nunca tienen nombre… Pero hay veces que uno se topa con protagonistas y desde ahora Dahyana no es una de esas personas que componen el 12% de los 140.000 lesionados, es una Cordobesa divina que me acompaña en cada escuela secundaria con su historia.
Dahyana Trucco, es una mujer que ha conseguido rehacer su vida, pero vayamos al antes: Pensado mientras escribo en que algún papá o mamá que le va a comprar la motito al “nene” leerá esto y elegirá entre llorar unos días por decirle NO a su hijo o jugar a la ruleta rusa de llorar más adelante por decirle SI!
Durante dos horas hablamos de muchísimas cosas, me cuenta que aprende con sus 17 Años a manejar la moto DR 250cc. de papá, pero para ir “por acá nomás” en Santa Rosa de Río Primero, Córdoba, localidad de 8000 habitantes donde claro, "nunca pasa nada".
Con el tiempo la salida hasta el Super se extiende cada vez más y ella me cuenta como el papá le quiere comprar un auto y venderle la moto porque la veía peligrosa y hasta me cuenta como “negocia” con su papá: Moto propia, en vez de viaje a Bariloche al terminar sexto, segura que una vez terminada la secundaria estudiará para ser una gran Ingeniera Química… Sucede que un día y dando una “vuelta” con una amiga, tuvo un siniestro con otro vehículo donde golpea la cabeza contra el parabrisas… Dahyana iba con una amiga, las dos sin casco. Y no tuvo ninguna fractura me dice, solamente un tajo profundo en la cabeza… Muchos días la separaron de un buen diagnóstico, pero lo cierto es que tiene una lesión a nivel de la 5°, 6°, 7° vértebra cervical, que le produjo una cuadriplejía. La otra ocupante solamente tuvo rasguños.
Dahyana no camina y probablemente no lo vuelva a hacer, “hay algunas pruebas con células madre”, me dice… pero está en fase experimental en China. Hace rehabilitación tres veces por semana y gracias a ella, está recuperando la funcionalidad en las manos, y mientras me cuenta esto me dice lo que le costó aprender, por ejemplo, a maquillarse o usar el teléfono celular sin que se le caiga, porque al no tener fuerza en los dedos, tiene que agarrarlo articulando todo el brazo.

Hoy es “profe de Inglés”, y me cuenta que “mis alumnos cuando llego me conectan el proyector y se pelean por llevarme en la silla”, me cuenta todo esto con una sonrisa que ilumina. A lo largo de estos años ha formado “Huellas de Vida”, que es un gran grupo de chicos que han sufrido las consecuencias del tránsito y hoy las llevan consigo y van a colegios tratando de contarles en primera persona a los niños y adolescentes el por qué de hacer las cosas “bien” al circular en tránsito.

Sabiendo que la charla se acaba y teniendo que recorrer 100 km hasta la ciudad donde vive y trabaja actualmente, me muero de curiosidad, asombro y admiración, le pregunto:


Axel-         ¿Cómo estás?
Dahyana-  Ahora o en general…?
Axel-         En general.
Dahyana-  Bien. Tengo momentos, pero salí adelante.


Me deja algunas conclusiones:
Muchas veces doy una charla en algún colegio y me cuentan los chicos “papá NO me deja andar en cuatriciclo sola cuando vamos de vacaciones… Maneja él y yo voy atrás” Y.. de casco ni hablar no???, lo curioso es que le decimos discapacitado a una persona que tiene capacidades distintas a las nuestras, pero ese papá que le enseña a su hija a ir en el “cuatri” atrás pensando que está segura, porque maneja 10 puntos! ¿Qué es?
Un papá que cuando el “nene” cumple 15 y como no se llevó ninguna materia… le compra la motito, para que “ande por acá nomás" y "lleve a la noviecita a la casa, como hacen los compañeritos", (Le compran una 110cc lógicamente!).
Sabe ese papá, que el “nene” de 15 no podrá (AL CUMPLIR 16!) conducir más que un ciclomotor que tenga 50cc..?, que tendrá que esperar un par de años más, hasta poder conducir una de 110cc o de 90cc??? Que con 16… No se puede llevar acompañante??? Y que como no le darán la licencia de conducir, será un ilegal en la calle???, y si lo para un control… Mire si se quiere escapar para que no le secuestren la “motito”… Fuera del tema legal si se quiere, si papá le compra la moto al nene de 15… cree que ese padre tiene autoridad MORAL para decirle al hijo “ponete el casco”…???
La verdad... Si estás en una situación similar a la de Dahyana, yo no tengo autoridad para decirte que hay salida, pero ella me demuestra que la salida existe sin dudas hoy con sus 26 años. La energía que tiene es envidiable, sus capacidades intactas, si en definitiva el que tenía miedo de agarrar la silla por terror a que se caiga o de bruto la de vuelta… era yo!... 
“Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes” decía un tal Issac Newton.
Me quedo con impotencia cuando me cuenta que un hay veces que espera 20 minutos a que un taxi pare... Que el taxista que para, prende el reloj mucho antes que suba…
Me dice que en el transporte público es casi imposible viajar porque algunos vehículos no tienen piso bajo, otros lo tienen, pero no funcionan… o el conductor no sabe accionarlo.
Que a veces llega a la terminal de colectivos de larga distancia y le dan pasaje para dentro de cuatro días, porque la empresa ya dio la cantidad de pasajes de “discapacitados” que podía por coche…
Que las rampas para discapacitados en algunas calles no están y más de una vez existen… Pero siempre hay un conductor apurado que la obstruye… E insisto le decimos discapacitado a una persona que anda en silla de ruedas. Será que el “bien” funciona “mal”, porque el “mal” funciona “bien”?
Si hay vehículos que se pueden adaptar para que conduzca un discapacitado, donde se hace???, porque hoy en día me cuenta que se hace en el taller de “Cacho de Tanti” o “El Mario de Tigre”…
Por qué no implementamos el “taxi Inglés”?... Será que algún gremio que se verá afectado??.
Por qué no se reglamenta correctamente el transporte público de pasajeros en lugares donde la norma sea obsoleta o simule que ellos no existen?
Cada una de estas preguntas tienen alguna sigla (Léase ente) que regula y/o fiscaliza, pero existe un estado que debe darnos igualdad a todos.
Me quedan tantas preguntas… Me queda tanta impotencia… Me despido de Dahyana y por suerte se va sonriente, fui un privilegiado de compartir una charla con una mujer con actitud que desafía, enseña y me obliga a buscar algunas respuestas, a comunicar, a salir de lo muy técnico… O no… Ella sigue superponiéndose a lo ocurrido. Hoy madura con sus 26 años. Demostrándonos que hay que trabajar con los adolescentes, aquellos que con sus diescipico de años le dicen a papá “si me vendés la moto, me cortás las piernas” pero sabiendo que ellos son adolescentes y necesitan límites… A veces los adultos abdicamos a nuestra función de poner límites, sin darnos cuenta que en realidad se los podemos poner.




No te vayas del blog... Sin escuchar el testimonio en primera persona que ella misma grabó, para que cada vez que vaya a una escuela para hablar con estudiantes comparta con los chicos...


Lic. Axel Dell' Olio


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